Definir el Ser UPAEP, resulta un tanto complejo y paradójico, que intentarlo sería entrar a todo un análisis al estilo Octavio Paz cuando plasmó la esencia del mexicano en su obra “El Laberinto de la Soledad”.
Porque, ¿qué nos hace ser UPAEP?, vestir de rojo, entonar el alerombo, ser sensibles a las causas sociales, nuestro espíritu transformador, nuestra formación humanista-cristiana. Si lo pensamos, cualquier persona puede -si se lo propone- aprender el alerombo y entonarlo, ser solidario, innovador y además vestir de rojo, pero eso no lo hace UPAEP.
La verdad es que existe algo, quizá inexplicable, por momentos mágico, que te transforma cuando te sumerges en el ambiente universitario y te permite no sólo entonar el alerombo, sino además, hacerlo con ese sentimiento que sólo las verdaderas Águilas tienen y entienden. Ese canto que al unísono te pone la piel chinita y cimbra la duela del Nido como cuando son los festejos patrios o juega la selección mexicana y se escuchan las primeras notas del Himno Nacional.
Hay algo inexplicable que sientes cuando empiezas a desarrollar nuevos talentos, esa chispa que te hace innovar y que te lleva a conocer a personas no sólo de todos los rincones de México, sino de todo el mundo con quienes empiezas a generar sinergias y a plantear proyectos que generen impacto positivo a la sociedad.
Existe ese momento en que te reconoces en el otro, empiezas a rescatar valores y características que te hacen crear comunidad, haces de esos extraños tu familia sin razón aparente, pero sabes dentro de ti que debía ser con ellos y con nadie más, porque comparten valores que te remiten a tu infancia y te hacen sentir en un lugar seguro, en la comodidad de tu hogar.
¿Qué es, pues, Ser UPAEP? Evidentemente somos lo que nuestros fundadores se atrevieron a soñar. Somos historia, somos una comunidad de más de 50 mil egresados, 17 mil estudiantes y 3 mil colaboradores que a lo largo y ancho del mundo se están atreviendo a hacer las cosas con ese espíritu que nos caracteriza.
Porque Ser UPAEP es más que formar parte de una institución, es un llamado a ser parte de algo mucho más grande. Es llevar consigo esa fuerza invisible que conecta a cada Águila con su propósito, ese fuego que nos impulsa a volar más alto, a no conformarnos, a crear, transformar y, sobre todo, a soñar con un mundo mejor.
